Funciones de la Comunicación no Verbal
Los
signos no verbales pueden ir acompañados de signos verbales o pueden emplearse
aisladamente, a veces también junto a otros signos del sistema no verbal. Por
ejemplo, si queremos expresar que una comida es muy sabrosa podemos emplear el
signo del paralenguaje “Mmmmm”, el gesto de pasar la lengua por el labio
superior y la expresión: “¡Qué rico!”.
Los
signos no verbales se utilizan de manera consciente o inconsciente, aun cuando
el emisor no se dé cuenta de su empleo, el receptor captará estos actos comunicativos
involuntarios. Son algunos de ellos los cambios de postura cuando queremos
tomar el turno de palabra, distanciarnos cuando alguien no nos agrada, desviar
la mirada cuando algo no nos interesa, así como algunas aspiraciones o sonidos
alargados (hh, Ee, Aa, Mm).
La
paralingüística, la quinésica, la proxémica y la cronémica cumplen siempre alguna
función dentro de la comunicación, son signos funcionales a diferencia de la
comunicación verbal, que es básicamente expresiva. La comunicación no verbal se
utiliza en la interacción social para saludar, presentarse, pedir perdón, felicitar,
agradecer; en la estructura y control de la comunicación para pedir turno de
palabra, pedir que se repita algo, o que se hable más alto; o en la interacción comunicativa para identificar objetos, ubicar, dar
instrucciones, pedir a alguien que haga
algo,...
Cestero
menciona, además, que los signos de comunicación no verbal son plurifuncionales,
cumplen una o más funciones dentro de la interacción. Entre estas funciones se
encuentran fundamentalmente:
Añadir información al contenido o sentido de
un enunciado verbal o matizarlo. Se puede realizar esta función especificando o
reforzando un contenido, como es el caso de usar un tono elevado en una
expresión como “¿qué haces?” (queriendo expresar que no le parece bien lo que
está haciendo la otra persona); confirmando el contenido o sentido de un enunciado
verbal como es el caso de mover la cabeza hacia los lados de derecha a
izquierda para expresar negación acompañando a enunciados como “No, no, no, de
eso nada”; debilitándolo como en el caso de usar un tono más bajo y sonreír
mientras expresamos algo que puede molestar o afectar emocionalmente a alguien,
como por ejemplo: “Yo no lo haría así” o “Creo que podrías mejorar este
trabajo”; o contradiciéndolo como en el caso de pronunciar en tono alto y con
gestos faciales o corporales que muestran enfado una expresión como “muy
bonito, ¡eh!”.
Sustituyendo al lenguaje verbal en la
comunicación como es el caso de gestos manuales para pedir a alguien que se
acerque, que nos traiga la cuenta, para indicar que algo huele mal, que nos
agrada o desagrada, etc.
Regulando la interacción mediante la pausa,
descenso en el tono, alargamiento de sonidos finales, o la fijación de la
mirada para mantener el turno o ceder la palabra.
Subsanando las deficiencias verbales, o sea,
para resolver problemas comunicativos por falta de conocimiento o por no
recordarlo en ese preciso instante. De este modo, se emplean elementos
paralingüísticos como Ee o Mm para indicar que no nos acordamos de una palabra,
o bien intentamos mediante gestos explicar qué es.
Favoreciendo las
conversaciones simultáneas, como cuando una persona habla por teléfono y quiere
comunicarse también con otra persona que está en su presencia.
Referencia:
http://www.marcoele.com/descargas/china/g.sanchez_comunicacionnoverbal.pdf
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