En la política la CNV es de gran importancia: “El mensaje que se trasmite por el aspecto personal no se refiere sólo
a la persona en sí, sino también a lo que esté diciendo. Un acalorado discurso
político pronunciado por un hombre de mirada apagada, de rostro de rasgos
caídos y de posición corporal descuidada, no resulta atractivo. El orador nos
indica con su aspecto que no tenemos necesidad de prestarle atención…” (Davis,
F. 57). Y también es una importante forma de demostrar poder. A
continuación unos ejemplos:
En el año 2003 Tony Blair fue anfitrión
del Presidente estadounidense George W. Bush. En el encuentro se esperaba que
Blair se mostrara más territorial que Bush, a fin de cuentas estaban en Reino
Unido. Después de saludarse y posar por algunos segundos para los medios
de comunicación, ambos acompañados por sus respectivas esposas, dan la media
vuelta, dejan entrar primero a las señoras al lugar de reunión e inmediatamente
después; Bush cede el paso a Blair, pone su mano izquierda sobre la espalda
alta del ex Primer Ministro y le da tres “palmaditas” como diciendo;
El lenguaje corporal
de un político puede traicionarlo cuando este está bajo presión. El 13 de
noviembre de 1973 el Presidente Richard Nixon se reunió con los periodistas más
importantes de su país. El caso Watergate estaba en pleno apogeo y el ex mandatario
estadounidense fue seriamente cuestionado por los medios de comunicación. En
toda la conferencia de prensa Nixon mostro un lenguaje no verbal a la
defensiva, se le podía ver aferrado al pulpito, distante y con posiciones muy
cerradas. En la siguiente imagen podemos ver un clásico manipulador.
Después de escuchar la pregunta, Nixon lleva
ambos brazos por detrás de su cuerpo y empieza a tocarse la muñeca derecha con
su mano izquierda. El tocarnos a nosotros mismos, en el rostro, en el brazo, el
cuello o en este caso, en la muñeca, es considerado un manipulador, un típico
indicio de engaño (Nos están mintiendo o nos están ocultando algo).
Es la CNV la que nos puede decir realmente
con quien estamos tratando, cuáles son sus verdaderas intensiones, sentimientos,
ideas y emociones.
“Cuando los ojos dicen una cosa, y la lengua
otra, el hombre con experiencia confía en el lenguaje de los primeros.” Ralph Waldo Emerson.
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